☣Sleepnorbyl☣
Una pesadilla mantenía despierto a aquel joven con una cara de inocencia que incluso los Ángeles se atrincheraban para cuidar, una silueta no es reconocible entre las sombras a menos que un poco de claridad la golpee.
¿Alguna vez has soñado despierto?
Y sientes como ese sueño se convierte en un bucle infinito que te atrapa, entre más rápido caes la presión te aplasta, tu piel de porcelana se quiebra y el sofoco es el mejor aliado de quien corta tu respiración.
Constantemente sueño que despierto, veo a mi madre y le cuento que soñé que despertaba de un sueño, irónicamente debí haberlo soñado, puesto que mi madre ya no tiene esa chispa de vida.
Estoy despierto, mi madre murió hace años, hay un puñal con sangre en el piso, un bulto en la cama; cubierto por sábanas blancas manchadas de sangre y tintadas de papel, sublimemente colocadas una sobre otra, algo ha pasado y cuenta no me he dado, que demonios hay en mi habitación, ¿Sangre?.
¡Mamá, Despierta! ...
Hijo, no estoy más contigo, ¿porque lo hiciste?
Déjame descansar.
Contradicción o desesperación, no veo nada claro, no...
He pensado que mis pensamientos no eran más que una rara ilusión, salía como todas las noches a fumar aquel puro de 6 años guardado en mi cajón, un sentimiento vuelve a mí en aquella desvelada, alguien viene detrás, ¡voltea!, o te asesinara.
_ ¡Calma! ¡Calma por favor!_
No me hagas daño, solo he salido a caminar, ¿Qué es lo que le sucede?
-No es necesario explicarlo, mira mis tintadas huellas manchadas del rojo celestial perteneciente a mi madre, muerta hace años. Caroline cantaba sus canciones y decía que todo saldría bien sin más importar lo que sucediera con nuestros padres.
-Ven conmigo es buena hora de ir al hospital, solo calla y veas lo que veas no lo grabes en tu cerebro, ha prisa que cuando un pequeño rayo de luz me impacta, me hago ausente.
-No estoy loco (susurraba una voz a mi oreja, llévalo a su camposanto y arrójale al pavimento)…
¡Basta!
_Ven, el camino es por aquí, hemos llegado, percibe a través del cromado cristal:
¿Qué observas?
-Salgamos de aquí por favor, 10 hombres han entrado armados, al parecer llevan suplicas en la mente, entran y faltan 5 por salir, llueve para las nueve y el primer hombre sale con una cabeza cercenada, mientras lamia sus orejas le susurraba:
<Pudimos ser felices pero le regalaste tu alma al diablo y no tomaste el contrato>.
(Lo bonito hizo malo al sujeto y su alma se tornó inerte y poco frágil).
Deigo se hacía llamar aquel hombre, que lo único que tenia de hombre era el cuerpo tangible que un ser mayor le había otorgado.
Se apreciaba una mirada congelada, pupilas dilatadas en el rostro del insensato, una sustancia roja sobre el espejo empañado de la biblioteca, pareciera que cada grieta al formar su fragmento llevara a los portales del averno, en su mente los libros levitaban y estrellaban uno tras otro con los muros de piedra, las letras eran como puñales que se fundían fuertemente en el infierno que hacía llamar por alma, de los hombros y muñecas sobresalían sus huesos bañados en sangre.
En aquellas noches llenas de incertidumbre, noches tristes iluminadas por dolor, miedo y lágrimas.
Es normal que sentado a un costado de la chimenea, con vodka en la mano izquierda y un puro en la derecha, un demonio se presentara.
Deigo clavo su mirada en la del demonio, el cual le mostro los dominios de mal, donde la penumbra es larga, un lugar donde yacen mujeres, niños, adultos, pederastas, feministas, machistas, pedófilos, gobernantes, sacerdotes, violadores y cristianos.
Nombres dados como identificación a la sociedad, en concreto: “SERES HUMANOS”.
Dominados por la lujuria, inocencia, avaricia, amor, ultrajes, trajes, sangre, poder y deseos sexuales satanizados, entre ese profundo calor y olor azufre, las palabras sonaban al unísono, repitiendo:
Tú, Deigo, ¿A cuál de todas perteneces?...Vamos, inténtalo, recuerda todo lo que hiciste al principio, deja tu inseguridad.
Al desaparecer la sombra, uno de los puñales atravesó la cien del sujeto, en su encriptación templada se apreciaba: “La oscuridad es propia de todos nosotros”.
A menudo los recuerdos invaden a los seres humanos, algunos buenos y otros, no tan agradables, las sombras no son más que eso, personalidades escondidas tras una inocencia, que por sus repugnantes bases y sádicas historias, deben ser sepultadas en silencio.
Las sombras son guías que muestran el camino pero no llevan a ningún lado, solo enseñan el lado gris, el ósculo entre algo maligno en relación a nuestra personalidad, no podemos escapar de ellas, todos los seres humanos tenemos una, tan oscura como el infinito, aquel en donde la nada, hace el todo, imita nuestras acciones, y viven en una constante lucha para expresarse y dar frente a la depresión, ansiedad, ocultismo, rabia, odio, temor y tristeza.
Autor: JUAN DIEGO GÓMEZ MORALES.
TEMA: SOMBRAS
SLEEP-SUEÑO
NORBYL HUMAN : TOXICIDAD HUMANA
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