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HABLANDO CON LA MUERTE

 

Morir y renacer, esta frase ha quedado obsoleta ante mis oídos, he muerto tantas veces que mis fragmentos se han pulverizado, me siento cansado emocionalmente, mis manos tiemblan y por mi cuerpo el hormigueo se mantiene constante, mi alma se siente cansada, mi corazón siento deja de latir pero vuelve a su ritmo, no por gusto si no por obligación, de mi mente no sale el querer salir de mi forma mortal, siento que con mi ausencia las cosas mejoraran al menos, para esta vida cansada que llevo, el nudo en la garganta me impide respirar en las madrugadas, me detiene los pasos y me roba el aliento, el mundo es tan distinto, no me siento de aquí, ni de allá, tengo miedo de mi, de lo que pueda hacer, tengo miedo de querer salir sin avisar.

El silencio en mi mente se vuelve un caos estando a solas en ese rincón de la habitación, ya no se si vendarme los ojos, cortarme las venas o sencillamente dejar de respirar, es una putada esto, mi propio enemigo es el monstruo del espejo.

Me dejo los cascos de lado, aprieto con mis dedos los odios, pero, las voces se hacen mas y mas fuertes, mi sonrisa se tiro al vacío, prefirió morir antes de quedar en una foto de recuerdo.  

Mi cuerpo no responde, mis brazos se sienten fríos, entumecidos, comienzan las taquicardias, ya ni las lagrimas quieren estar conmigo, se deslizan por mis mejillas hasta morir en su choque con el suelo.

La mente se me nubla, no, todo se torna blanco, solo quiero sentirme libre, pensé que se iría pero no, no se va, todas las mañanas me cuesta mas despertar, la gente cercana se convierte en distante,  me encanta la pizza y los abrazos cálidos, pero poco a poco la vida me lleva esa emoción, mi mente pesa mas que una estrella. 

Hoy conocí a un grupo de personas, sentí un rayo de luz, quise convivir, pero al querer acercarme, preferí estar solo, en esa soledad donde nadie te cuestiona, donde el daño solo es imaginario. 

He puesto una flama a las velas que me rodean, me arrodille frente a mi cama, saqué lo que tenia dentro, le dije lo que ocurría, estuve dispuesto a buscarlo, al fin los demonios saldrían de mi alma triste y atormentada. 

No, no quiero que me conozcan como un cobarde, me siento pleno, me siento bien, en el mundo mi lugar esta en no estar dentro de el, este es mi ultimo escrito, me rompe el espíritu querer llorar y no poder, si tan solo tuviera la fuerza necesaria, podría haber logrado muchas cosas.

Cuiden de mi canducho, esta es mi decisión, probablemente al cerrar el micrófono, sean mis ultimas palabra, dejar un mundo es mejor que esto que me agobia, no quiero que me recuerden por lo que fui, si no por lo que quise ser y no logre, por este sueño, por la escritura tan pesada.

Lo mas atrofiante es querer saltar de la cama, poder decirle al mundo la presión que me aplasta en silencio.

Me tiembla la quijada, mis ojos se cierran poco a poco, ya no hay sueños ni pesadillas, solo soy un cuerpo sin nada en su interior, señora ansiedad, madre del letargo, némesis de la calma, terror de la felicidad, amiga de la muerte. 

Nada puede ser peor que irse, quiero que llegues pero tus pasos son lentos, jamás pensé en apresurarte, pero no puedo mas, el mundo se me viene encima.

Me cuesta reconocerme, llevo tantas cosas escasas de sentido sobre mis hombros, lo tengo todo y nada  a la vez, necesito estar solo, dejar mis inseguridades, decir que las nauseas, las punzadas en el pecho o los dolores, no son mas que mi imaginación, quiero seguir caminando, pero no, así no, ya no. 

 


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