Esos ojitos achinados , esa sonrisa meliflua que me hace perder la geometría al derrapar en sus curvas, ese cabello oscuro que le roba el lugar a la noche, ese aliento de vida que dispara como pequeñas llamas , fuego que hace arder el sentimiento y regocija mi alma , su piel suave como el algodón.
Atesoro las palabras que me transportan y acortan la distancia.
Esas noches, en la que curas el insomnio sin estar presente.
En la avenida de las casualidades, chocar contigo fue el desorden más caótico y hermoso.
Puede que todo esto cambie algún día , un recuerdo entero en media vida
Tal vez pienses que soy fácil de impresionar.
Pero dime , pequeña:
"¿Quien no se impresionaría?".
Con la belleza con la que me escudriñas hasta las heridas.
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